Todos conocemos la longevidad de la población japonesa y de hecho, las dos personas que más han vivido en la historia precisamente eran del país nipón: Jiroemon Kimura, la persona más anciana del mundo y el hombre que más ha vivido de la historia con 116 años y Misao Okawa, que falleció con 115 años.
El nombre de dieta Okinawa proviene precisamente del archipiélago del mismo nombre. Desde 1975 muchos médicos e investigadores se interesaron por el tipo de dieta que llevaban las personas de esta zona. En concreto, el pueblo de Ogimi es el municipio con la población más envejecida del mundo. En realidad, poco más que una calle en la que viven más de una docena de ancianos centenarios.
El doctor Makoto Suzuki fue el primer científico que se dio cuenta de que lo que estaba ocurriendo en esa zona de Japón no era algo común, ni siquiera en un país en el que la longevidad es de por sí elevada. Los habitantes de Okinawa, además de tener la esperanza de vida más elevada del mundo, tienen un estado de salud extraordinario: son flacos, tienen aspecto juvenil, mucha energía y una incidencia muy baja de enfermedades cardiovasculares y cáncer, incluido el de estómago, muy común entre el resto de japoneses.
¡La mayoría de las personas de Okinawa consigan superar los 100 años de edad!
En el archipiélago de Okinawa la esperanza de vida está entre los 78 y los 86 años para hombres y mujeres respectivamente, y las enfermedades de corazón y cáncer tienen una incidencia muy baja.
¿En qué consiste la dieta Okinawa?
La clave de esta dieta es comer durante todo el día alimentos con una densidad energética baja, tomando de forma moderada los de densidad energética media y de forma ocasional los de densidad energética alta, como son las carne roja, el pan o el helado.
De esta forma, los menús de esta dieta se componen de frutas como la manzana, la naranja o el albaricoque, de yogures naturales y queso fresco y de ensaladas con verduras como las algas, el pepino o las endivias. Para beber, es habitual el té.
Como vemos, la dieta Okinawa se basa fundamentalmente en el consumo de verduras y pescado, teniendo muy bajo contenido en grasas y muy pocas calorías. Las calorías que se suelen consumir en este tipo de dieta son unas 1.100 diarias.
El objetivo de esta dieta es envejecer lentamente y de forma sana, evitando enfermedades crónicas.
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