La fruta en Japón es un verdadero regalo, exclusivo y elegante, por eso el precio, quizá sea lo que menos importe. Obsequiar con frutos es una muestra de respeto y poder adquisitivo, al ser un producto exclusivo. Se calcula que entre el 80-90% de estos productos son comprados como regalo.
Cada fruto es cultivado con sumo cuidado; sus formas, colores o aroma son perfectos; la fruta no es solo un nutriente o alimento, sino un producto de lujo que se comercializa en exquisitas tiendas perfectamente comparables con boutiques o joyerías.
Japón es un país montañoso con poca superficie de tierra cultivable, sólo el 12% de su suelo se utiliza para la agricultura, en comparación a países como Estados Unidos que tienen un 45%. Esto implica, por si mismo, que sus productos alcancen elevados precios y que por algunos frutos se lleguen a desembolsar auténticas fortunas en algunas subastas.
Los huertos frutales japoneses son pequeños y el costo de vida en Japón es razonablemente alto, por lo que la única forma de ganarse la vida es cultivar productos de primera calidad para que alcancen un alto precio en el mercado. Es fácil ver precios de más de 200$ por una sandía, más de 20$ por una manzana, 4$ por un tomate cherry o cerca del 70$ por una docena de fresas.
* Imágenes propiedad de JNTO (www.turismo-japon.es/)
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