Foto de familia en la entrada de la fábrica de Bridgestone

La planta de la multinacional Bridgestone en Burgos ha celebrado su cincuenta aniversario, con un futuro asegurado por una inversión hasta el año 2022 de 70 millones para mejoras y modernización, tras la decisión de la matriz japonesa del grupo.

En un acto al que ha acudido el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, el director de la planta de fabricación de neumáticos, Fernando del Cerro, ha recordado que el 80 por ciento de su producción, sobre todo de cubiertas para turismo, camioneta y todoterreno, se destina a la exportación.

Los 70 millones de inversión se sumarán a las inversiones ordinarias en mantenimiento y modernización de la planta que se fundó en 1967 como Firestone, en el entonces recién creado "polo industrial" de Burgos.

Foto del eventoLa planta, que desde 1988 cambió de denominación tras la compra de la multinacional estadounidense Firestone por la japonesa Bridgestone, nació con 180 empleados y hoy cuenta con 1.357.

Del Cerro ha aclarado que los 70 millones destinados a la planta de Burgos se utilizarán para ampliar la capacidad de producción de las instalaciones hasta llegar en 2022 a producir 33.500 cubiertas al día y especializarse en neumáticos "premium", de gama alta.

La planta burgalesa ocupa actualmente 63.000 metros cuadrados en una parcela de 300.000 en el polígono industrial Burgos-este y a finales de este año habrá llegado a fabricar 283 millones de neumáticos desde su puesta en marcha en 1967.

El profesor de la Universidad de Burgos Gonzalo Andrés ha recordado en el acto que cuando se implantó en Burgos la planta de Firestone invirtió unos 3.000 millones de pesetas, lo que era más del doble de lo que invertían las compañías más grandes que se asentaron entonces en el "polo de desarrollo".

Por su parte, el vicepresidente de Manufacturing en el grupo Bridgestone EMEA, Adolfo Llorens, ha situado la planta de Burgos como una de las principales piezas dentro de su estrategia europea, cuyo futuro pasa por la capacidad de adaptación a los cambios del mercado internacional.

Los 70 millones de inversión previstos en la planta de Burgos, permitirán ampliar la capacidad de producción de sus instalaciones y adquirir equipos de vanguardia, que contribuirán a incrementar cantidad y calidad y a optimizar las líneas de producción ya existentes.

La multinacional cuenta con más de 170 plantas y 145.000 empleados en todo el mundo, de las cuales, diez se encuentran en Europa: tres en España (Burgos, Cantabria y Vizcaya) y las demás en Francia, Bélgica, Italia, Polonia y Hungría.