Abe y Trump

Julio fue la gran decepción y encima camuflada. El día 7 Japón no firmaba el “Tratado de Prohibición de Armas Nucleares” que incluía la prohibición de fabricación, almacenamiento, comercialización, y por supuesto, el uso de armas nucleares. Se alineaba con los poderosos poseedores de ellas a pesar de los 122 países que sí se adhirieron a la declaración de la ONU, de los 128 votantes.

Agosto tuvo guiños de esperanza. Discurso de Abe mas claro que nunca en el 62 Aniversario de la tragedia bélico nuclear en Hiroshima. Seguido de las declaraciones mas fuertes que nunca de los “hibakushas” (jibakushas), últimos mártires sobrevivientes. Su vivo testimonio se extinguía año a año. Y reafirmándolo políticamente a continuación, las voces de los mandatarios japoneses regionales pidiendo al Gobierno una mas clara posición antinuclear a nivel mundial. Hubo lágrimas de muchos y canciones protesta de jóvenes roqueros.

Septiembre, inadvertido a ojos públicos mientras se amasaban diplomáticamente los ingredientes de  la proposición que durante 24 años venía haciendo Japón al Comité de la ONU para seguir avanzando en la conquista de un mundo sin armas nucleares. Esta vez las manos americanas intervinieron en la confección, y fueron después copatrocinadoras en su presentación.

Octubre descubrió la dolorosa y triste nueva declaración políticamente correcta. Siempre se habían distinguido las proposiciones anuales japonesas por su claridad. Podía, y debía ser así, siendo el único país reventado por lo nuclear y todavía sangrante. La declaración parecía la misma, pero no. En vez de advertir de “ las consecuencias catastróficas para la humanidad por cualquier uso de las armas nucleares”, se suaviza con “ el uso de las armas nucleares”. O, donde se exigía estricta y directamente el comenzar las negociaciones, se redondea y queda en “tomar los pasos necesarios para comenzar las negociaciones”.

Después se ornamenta con parrafadas apelando a las buenas intenciones de todos a trabajar unidos y cooperar, a no tensionar mas las situaciones...La consabida retahíla de mantras, políticamente correctos, a citar. A nadie le pasó por alto la nueva actitud japonesa. Extrañó, y las adhesiones bajaron 23 votos. Japón había dado un paso atrás en su liderazgo antinuclear. ¿Habían podido mas los temores de los misiles norcoreanos? ¿Insinuaba necesitar ella misma poseer alguna defensa propia para poder reaccionar activamente en caso de ser atacada, además de la protección estadounidense? Es posible, y quizás hasta con ciertas razones. Pero perdía el liderazgo testimonial, único e intransferible, antinuclear.

La adopción final del texto deberá ser ratificada, en su caso, por la Asamblea General de la ONU el 18 de Marzo próximo, y fijar entonces las fechas de la conferencia para negociar los instrumentos que obliguen legalmente a todos prohibiendo las armas nucleares. Y dar así otro paso hacia su total eliminación. Largo me lo fiáis. Porque nos afecta a todos.

Es algo ya repetido hasta el aburrimiento, pero el nuevo orden económico mundial está forjándose imparable en Oriente, y Japón es allí alfil imprescindible. Y sin aspiraciones a rey.  Ojalá que esta visita de Trump haya valido para que todos busquen no preparar la guerra sino los instrumentos efectivos que la hagan inviable.


Pedro Gallo


España-Japón, para entendernos...